Para ver una circunstancia difícil desde la perspectiva del Señor, tenemos que contemplarla dentro de los límites de su carácter y sus atributos. Aun cuando los pormenores de la vida están más allá de nuestro control, Aquél que gobierna al universo sigue siendo el soberano sobre todas las cosas "hasta de los detalles más pequeños". Él nos ama incondicionalmente y siempre actúa para darnos lo mejor. Por tanto, si Él ha permitido una situación, es porque el resultado será para nuestro bien y para la gloria de Él. (Romanos 8:36,37,38)a de Dios se nos escapa, y nuestra paz es sustituida rápidamente por estrés, ansiedad y temor.
Esta sabia perspectiva dará lugar a una santa respuesta —fe y confianza plenas en el Señor, a pesar de cualquier sufrimiento o dificultad. Gracias a que el Espíritu mora en nosotros, tenemos la seguridad de que Él es más que suficiente para lo que nos sobrevenga, lo que significa que somos competentes en Él.
Cuando dificultad le golpee, mantenga su mirada puesta en Dios. Al ver cada situación a través de los ojos del Señor, el estrés desaparecerá, la ansiedad será reemplazada por paz, y la confianza en el Señor acallará sus temores.
Manuel Corona